Descripción del proyecto

AUTORES: Mg. Gabriela Troiani Profesora Titular Salud Mental en Emergencias y Gestión del Estrés. Profesora Adjunta Salud Mental I. UCCuyo San Luis

Lic. Esp. Diego Núñez Profesor Asociado Salud Mental en Emergencias y Gestión del Estrés. UCCuyo San Luis. Director Capítulo Psicología de la Emergencia en Asociación Argentina de Salud Mental (AASM)

Nuestra mente suele estar preocupada

por el futuro o atada al pasado,

y así perdemos de vista el ahora.

Por eso necesitamos detenernos

para poder apreciar lo que se nos brinda

a cada momento.

Hermano David Steindl-Rast

 

¿Es posible detenerse cuando, para la mayoría de nosotros, la vida está definida por las ocupaciones frenéticas, la ansiedad, el estrés y el agotamiento?

El evolucionismo considera que muchas de las enfermedades que nos afligen son consecuencia de la incompatibilidad entre el diseño evolutivo de nuestro organismo, que se ha ido moldeando a lo largo de millones de años de evolución, y las condiciones a las que hoy lo sometemos. Por esta razón, no sólo observa la enfermedad, sino el origen de ésta. Nuestros genes han evolucionado adaptando a nuestro organismo a las diferentes formas de alimentación y condiciones de vida que los cambios en el ambiente impusieron a nuestros ancestros. En consecuencia, nuestro diseño metabólico es el resultado del ajuste continuo a esos cambios. Ese diseño fue tan eficaz, que permitió que nuestra especie evolucionara hasta el estado actual, tras superar todas las dificultades medioambientales que encontró en su camino durante millones de años, desarrollando un cerebro que es una construcción única en el mundo biológico. Pero hoy, las circunstancias ambientales y la alimentación someten a nuestro diseño evolutivo a un uso inadecuado y el organismo responde a esa presión con la enfermedad.

Sumado a esto, nos encontramos en medio de una pandemia que sacudió a la humanidad de una manera no imaginada. De un momento a otro debimos cambiar hábitos, costumbres, estilos de vida y formas de relacionarnos tanto en lo laboral y afectivo como en lo familiar. Todo lo que nos era conocido fue puesto en duda y debimos aprender a convivir con la incertidumbre y la preocupación permanente por el virus Covid-19.

El trabajo a distancia, la enseñanza-aprendizaje en el hogar, pero también la falta de contacto físico con otros familiares, amigos o compañeros de trabajo, fueron factores que sumados al temor a enfermarse provocaron un aumento en los niveles de estrés y ansiedad generalizados en la población debido al estado de preocupación e inquietud.

Bajo estas condiciones y circunstancias lo natural y esperable es que el estado de ánimo fluctúe. No obstante, determinados patrones de pensamiento pueden convertir un breve descenso de la vitalidad o del bienestar emocional en períodos más prolongados de ansiedad, estrés, infelicidad y agotamiento. Un momento pasajero de tristeza, ira o ansiedad puede acabar sumergiéndonos en un estado de mal humor durante todo un día o mucho más tiempo. Descubrimientos científicos recientes demuestran que esos flujos emocionales normales pueden originar un estado de infelicidad prolongada, ansiedad aguda e incluso depresión. Lo más importante, sin embargo, es que esos descubrimientos también han revelado que existen maneras de promover el bienestar interno, convirtiéndonos en seres más centrados.

 

¿Es el mindfulness el camino para liberarse del estrés emocional y todas esas sensaciones de sentimientos de ansiedad y agotamiento?

La atención plena (mindfulness) es una práctica que proviene de las antiguas tradiciones budistas y día a día va ganando más adeptos en todo el mundo. Sin embargo, no sólo es una práctica o un entrenamiento, se trata de una manera de ser en el mundo. Su esencia universal es la atención y la conciencia plena. Mindfulness o atención plena significa: estar presente de una manera particular, con intención, momento a momento y sin juzgar lo que hacemos mientras lo estamos haciendo. Es una forma compasiva, ecuánime y consciente de vivir, siendo capaz de sintonizar con lo que sucede en nuestra mente y en nuestro cuerpo, y con el mundo exterior. Gracias a la práctica de Mindfulness podemos centrarnos en el momento presente con actitud de compasión, interés, apertura y amabilidad, independientemente de si la experiencia resulta agradable o desagradable (Kabat-Zinn, 2003)

 

La práctica del mindfulness influye en la salud, el bienestar y la felicidad de quienes lo emplean

Ejercitarse en la práctica de mindfulness es un proceso que se desarrolla y profundiza con el tiempo. Entre los beneficios que conlleva podemos mencionar que promueve la concentración, serenidad y calma, mejora el estado de ánimo, facilita el autoconocimiento a través de la comprensión de la propia experiencia y promueve una actitud básica de respeto que favorece las relaciones sanas entre los individuos. Las personas que practican mindfulness refieren sentir especial vitalidad, pero también se encuentran relajadas y con mayor equilibrio emocional y capacidad para enfrentar situaciones negativas.

El mindfulness brinda beneficios y es efectivo en personas que viven elevados niveles de estrés y ansiedad. También para aquellas que viven situaciones vitales intensas y que necesitan calmar los pensamientos sufrientes y cronificados, para obtener calma y capacidad de afrontamiento y firmeza en su vida cotidiana.

En los tiempos actuales, el mindfulness resulta especialmente útil para el personal de salud que trabaja con un grado de presión superior al habitual ya que, si bien normalmente están sometidos a exigencias propias de su profesión y saben lidiar con las mismas, durante la pandemia se ha intensificado la demanda y el entorno de trabajo intenso y estresante junto con el agotamiento emocional, ocasionando esto mayores riesgos e incluso la posibilidad de generar enfermedades.

Expertos de la Universidad de Irlanda trabajaron con diferentes prácticas de atención plena con médicos, concluyendo que la misma mejora los niveles de satisfacción con la vida por parte de los trabajadores de la salud, la resistencia al estrés, la calidad de vida profesional, la compasión y el bienestar general. (Hedderman, E. et al. 2021).

En estos tiempos donde prevalecen las medidas de aislamiento o distanciamiento social debido a la pandemia de COVID-19, son muchas las personas que se desalientan por estar físicamente separadas de sus seres queridos o amistades deseando estar vinculados de manera más cercana. Por esto, el papel de la atención plena para reducir los factores de riesgo de soledad y aislamiento se vuelve muy importante al alimentar los sentimientos de interconexión (Cooper, K. 2020). Además, la autora sostiene que el mindfulness puede ayudar a disminuir la “fatiga por compasión” y el burn out o agotamiento en el lugar de trabajo que sufre el personal de salud y aquellos que trabajan en emergencias o asistiendo personas en situaciones de crisis.

Actualmente, cada vez más investigaciones científicas están hallando nuevas aplicaciones del mindfulness para mejorar el bienestar individual y colectivo, incluyendo la reducción del estrés y la ansiedad. Consideramos que es un recurso para el personal de la salud y de diferentes áreas, quienes se encuentran hoy en día bajo un gran desgaste emocional que en muchos casos los dirige al deterioro vocacional, convirtiéndolos en víctimas directas o indirectas. Mediante la práctica sostenida del mindfulness, se puede lograr bienestar en el corto plazo, optimizando el recurso humano en la práctica profesional y técnica, y lo que es más importante, mostrándonos que el sentimiento de infelicidad y agotamiento no es en sí mismo el problema; “La infelicidad forma parte de la condición humana normal. Es una respuesta natural a determinadas situaciones que por sí mismas pasarán a su debido tiempo” (Teasdale, J, et al. 2015)

En este contexto, la atención plena puede ser prometedora como una forma potencial de ayudar a prevenir y tratar enfermedades, aumentar la capacidad para hacer frente al dolor y las enfermedades crónicas, reducir el estrés en pacientes y médicos, fomentar la compasión y mejorar la calidad de la atención (Kabbat Zin, J. 2008).

Es nuestro deseo, brindar a los estudiantes, profesionales y a la comunidad en general, las herramientas necesarias desde el Mindfulness junto a un programa eficaz, focalizado y con evidencia científica de resultados a corto plazo, para atravesar este momento de crisis, desde la acción plena del bienestar y poder continuar así con nuestro guión de vida. Como decíamos al principio, se trata de ser conscientes de lo que hacemos mientras lo estamos haciendo para “poder apreciar lo que se nos brinda a cada momento”.

 

Referencias

Cooper, K.J (2020, Julio 5) Practising mindfulness can help us through the coronavirus pandemic. The Conversation Recuperado de https://theconversation.com/practising-mindfulness-can-help-us-through-the-coronavirus-pandemic

Hedderman, E., O’Doherty, V., & O’Connor, S. (2021). Mindfulness moments for clinicians in the midst of a pandemic. Irish Journal of Psychological Medicine, 38(2), 154-157. doi:10.1017/ipm.2020.59.

Kabat Zinn, J., Ludwig, D. (2008, Septiembre 17) Mindfulness in Medicine Recuperado de https://jamanetwork.com/journals/jama/article-abstract/182551

JAMA.2008; 300 (11): 1350-1352. doi: 10.1001 / jama.300.11.1350.

Kabat-Zinn, J. (2003) Constructivism in the Human Sciences, Denton Tomo 8, N° 2, 73-83.

Organización Panamericana de la Salud: Intervenciones recomendadas en salud mental y apoyo psicosocial durante la pandemia de COVID -19. (2020, junio 19) Recuperado de https://iris.paho.org/handle/10665.2/52427

Steindl-Rast, D. (2021): Detenernos el primer paso a la gratitud. Buenos Aires. Ed Vivir agradecidos.

Teasdale, J. Williams, M. Segal, Z. (2015) The Mindful Way Workbook. Guilford Ed. USA.