Descripción del proyecto
Dr. Martin RINALDI TOSI
Director: Laboratorio de Biotecnología y Tecnologías Biomédicas
Investigador CONICET – FCM – UCCuyo San Luis
covid-19@uccuoyosl.edu.ar
El reciente brote del nuevo Virus Corona causante del Síndrome Respiratorio Agudo Grave SARS-CoV-2 (SARS: Severe Acute Respiratory Syndrome y CoV-2: Corona Virus 2) y designado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la enfermedad de COVID-19 (por sus siglas en ingles corona virus disease del año 2019), ha generado una gran preocupación a nivel global, dada su rápida propagación en varios países del mundo y la posible progresión fatal de la infección. Este virus resulta difícil de diagnosticar de forma temprana, ya que los pacientes pueden presentar síntomas clínicos inespecíficos similares al virus de la gripe, como fiebre, tos seca, o falta de aire; incluso se han reportado cuadros neurológicos, perdida del olfato y trastornos gastrointestinales. En casos más graves, la infección puede causar neumonía severa, principalmente en pacientes que cursan con alguna patología previa, o presentan un estado inmunológico deficitario, pudiendo ocasionar la muerte. Los porcentajes de mortalidad de este patógeno son relativos y varían en los distintos países, dependiendo de la edad media poblacional, el hacinamiento, los sistemas de salud, la infraestructura hospitalaria y las condiciones sanitarias de los pacientes, variando los porcentajes entre un 3% a un 9%. Si bien este virus no representa un alto porcentaje de mortalidad asociado, si muestra una relativa alta tasa de infectividad, por lo que resulta de fácil transmisión entre las personas, ya sea de forma directa, o asociado a algunos objetos. Por otro lado, un grupo mayoritario de infectados, puede permanecer asintomático, con frecuencia entre 2 a 7 días posteriores a la exposición, hasta un máximo de 14 días, periodos en los que resulta fácilmente transmisible de una persona a otra.
Si bien este virus no representa un alto porcentaje de mortalidad asociado, si muestra una relativa alta tasa de infectividad, por lo que resulta de fácil transmisión entre las personas.
Independientemente de la cantidad o el porcentaje de individuos infectados, los criterios generales para decretar una pandemia son: la aparición de una enfermedad emergente, en todos los continentes y al mismo tiempo. Así, los factores que determinan el control y manejo de la misma resultan diversos y complejos, y están estrechamente vinculados a cada país, a cada región. Por solo citar algunos, como: los sistemas de salud de cada lugar, la capacidad de respuesta sanitaria, infraestructura, recursos humanos capacitados, entre otros. Además del microorganismo actuante propiamente dicho, las enfermedades infecto-contagiosas tienen un componente educativo, social y cultural. Es decir, no podemos extrapolar los resultados de las medidas aplicadas en otros países, porque la cultura Asiática, Europea y de América del Norte, no son totalmente representativas de la cultura Latinoamericana, e incluso no se pueden extrapolar datos dentro de un mismo país, o entre distintas regiones del mismo, en los que las personas viven, se relacionan y se comportan de manera muy diferente. Por lo tanto, si bien pueden observarse las causas, efectos y consecuencias que ocurren en otros países, en cada lugar deben evaluarse las medidas en función de la propia cultura y las capacidades instaladas. Incluso tampoco pueden compararse entre microorganismos, aun teniendo sintomatologías similares, como la gripe.
Los tres factores críticos para controlar la progresión de la enfermedad son: la aparición de una vacuna, que permita inmunizarse de forma anticipada contra la enfermedad; un tratamiento específico, es decir, un fármaco o un antídoto que permita neutralizar los efectos del virus; y el tercer punto, es la posibilidad de identificar a las personas asintomáticas mediante un diagnóstico temprano, específico y de alta sensibilidad. De estos tres factores, podemos decir que: sobre la vacuna hay varios grupos de investigación trabajando alrededor del mundo, utilizando diversas estrategias para llegar a una formulación, principalmente de tipo recombinante. Aunque sabemos que la urgencia marca los pasos, resulta necesario aclarar que una vacuna no se desarrolla en tan poco tiempo y que deberían respetarse los protocolos mínimos necesarios de ensayos clínicos correspondientes. Por otro lado, si bien no existe un fármaco específico para el tratamiento de esta enfermedad, se están probando alternativas que tienen ciertos resultados probados en otras patologías similares, entre ellos la transfusión de plasma de pacientes, que ya tuvieron contacto previo o padecieron la enfermedad y se recuperaron, con el propósito de evaluar la capacidad neutralizante de los anticuerpos generados frente al virus. Por último, el diagnóstico rápido y preciso, resulta uno de los factores más determinantes para controlar la rápida propagación del virus y el aislamiento temprano de los pacientes. En este último caso, y a diferencia de lo que ocurre con la vacuna y el tratamiento, aquí contamos con la ventaja de que en lugar de “administrar algo externo”, debemos “extraer una muestra”, lo que implica minimizar los riesgos secundarios.
Los tres factores más importantes para controlar la pandemia son: una, vacuna, un tratamiento específico y la posibilidad de realizar test diagnósticos masivos de manera descentralizada.
Los diagnósticos para la identificación del virus y la determinación de la enfermedad son de diverso tipo: inmunológicos, genómicos o mixtos, directos e indirectos. En el caso de los diagnósticos inmunológicos indirectos lo que se busca es la posibilidad de identificar anticuerpos de tipo IgM, IgG o ambos, producidos por pacientes en virtud de haber entrado en contacto previo y reciente con el virus, no menor a los 3 a 5 días; que es el plazo mínimo necesario para que la respuesta inmunitaria pueda identificarse a través de estos test rápidos. Estos test, si bien resultan prácticos a la hora de los ensayos, se observa como desventajas, tanto su baja sensibilidad, como su especificidad, ya que tienen una alta tasa de falsos negativos, superior al 15, 20 y hasta 30%, cuestión que resulta inadmisible a la hora de intentar controlar una pandemia de estas características. Por otro lado, los ensayos genómicos directos resultan muy útiles al momento de identificar de forma precisa, y en estadios tempranos al microorganismo, aunque resultan muchos más costosos, requieren de infraestructura adecuada y de personal altamente capacitado. Finalmente lograr un test diagnostico que tenga la rapidez y simplicidad de los test inmunológicos, junto a la precisión y sensibilidad de los test genómicos, resulta un gran desafío, y en eso nos encontramos trabajando desde el Laboratorio de Biotecnología y Tecnologías Biomédicas de nuestra Facultad y para ello hemos sido seleccionados por Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT), dependiente del Ministerio de Ciencia y Tecnología nacional (MinCyT) como único proyecto en toda la provincia de San Luis, un gran orgullo para nuestra alta casa de estudios.